domingo, 6 de noviembre de 2011

FORO DE FILOSOFÍA: IMPACTO DEL DESARROLLO INDUSTRIAL Y TECNOLÓGICO EN EL HOMBRE Y EL MEDIO AMBIENTE

El medio ambiente del hombre significa simplemente aquello que lo rodea. Para algunos su medio es una ciudad, y para otros es un campo, cada cual con sus condiciones de aire, suelo, humedad y temperatura.
Pero también el medio ambiente humano comprende el entorno social: las personas que tratamos, el sitio donde estudiamos, los lugares en donde obtenemos lo que necesitamos.
Por eso, los problemas del hombre son muy complejos. Se refieren no sólo a la protección de nuestro medio natural sino también a la buena organización de los elementos que componen nuestro medio social, como por ejemplo, la asistencia sanitaria, las tradiciones populares, el patrimonio histórico y las relaciones con nuestros semejantes.
Si consideramos cómo han ido cambiando las relaciones del hombre con la naturaleza, podremos encontrar que, antes, la naturaleza dominaba al hombre y ahora el hombre, hasta cierto punto, domina la naturaleza.
ANTES para sobrevivir, el hombre primitivo tenía que cazar para alimentarse, estar atento a la presencia de sus enemigos y disputarse con los animales una cueva para tener un lugar donde vivir.
El aumento de la población humana era lento pues los fenómenos naturales como las sequías, las inundaciones y las enfermedades limitaban su crecimiento.
Con el tiempo aprendió a cultivar, a cuidar los animales, a construir sus viviendas y a protegerse para evitar las enfermedades. Pero el mayor avance en la conquista de la naturaleza lo realizó cuando aprendió a utilizar la energía del agua, del viento y de los combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo, lo cual dio origen al actual desarrollo tecnológico.
AHORA los hombres han pasado de estar dominados por la naturaleza a ser ellos los que la regulan y la dominan. Así, transforman su medio natural con la ayuda de nuevos tipos de energía.
Con la tecnificación de la agricultura y la ganadería el hombre pudo dedicarse a otras labores, como la artesanía y la industria. Al mismo tiempo las ciudades fueron creciendo más y más, originando nuevos problemas.
Se puede decir que la sociedad actual es una sociedad urbana. La ciudad es un nuevo tipo de ecosistema con poca diversidad de especies y con un control máximo por parte del hombre. En las ciudades queda muy poco del ambiente natural que allí existía.
Con la tecnología el hombre mejoró su forma de vida y controló muchas enfermedades, permitiendo el aumento de la población hasta niveles casi insostenibles para la naturaleza.
LA CLAVE DEL DESARROLLO. La población humana sobrepasó ya la cifra de 5000 millones de personas, y su habilidad para alterar el planeta ha sido debidamente comprobada.
Aunque la especie humana apareció en el planeta después de las plantas y de los animales, llegó con el convencimiento de que tenía derecho a arrasar con los recursos de la naturaleza, a nombre del desarrollo económico. Pero qué equivocados estábamos. Ahora nos damos cuenta de que nuestros recursos tienen un límite y que si no orientamos nuestra actitud hacia la perseverancia de la naturaleza, estaremos labrando nuestra propia destrucción.
Afortunadamente estamos aún a tiempo. La actual evolución tecnológica basada en la informática, la biotecnología y la robótica, ha generado la necesidad creciente de comprender las relaciones entre el hombre, la sociedad, la ciencia y la naturaleza.
Con este conocimiento se puede lograr que los suelos laborables produzcan más, sin recurrir  a la destrucción DE LOS BOSQUES. La clave es entonces DESARROLLO y CONSERVACIÓN.
Pero… ¿En qué afecta todo esto en el ÁMBITO INTERCULTURAL del hombre?
Para tener claro esto es preciso que aclaremos que es la cultura y seguidamente la interculturalidad.
El hombre es un ente vivo que no tiene suficientes capacidades NATURALES (armas, instintos, protección, etc.) para poder sobrevivir como individuo y como especie. La indeterminación instintiva le obliga a “construirse” un propio mundo “natural”, como entorno humano. Todo este esfuerzo y sus resultados se pueden llamar la CULTURA, es decir entorno que le permite al ser humano realizarse y ubicarse en el mundo. Lo que hace el animal por instinto, el hombre tiene que hacerlo deliberadamente y por planificación.
En este sentido la cultura es HUMANIZACIÓN DE LA NATURALEZA. Donde el hombre pisa tierra, deja huellas de su presencia, o sea modifica y cambia en cierta medida los rasgos naturales de los entes. Él domestica animales, corta madera para construir casas, produce herramientas, inventa medios de transporte, inventa escritura, etc. Todos estos esfuerzos sirven para humanizar a la naturaleza, con la finalidad de poder aprovechar. El hombre se convierte en artífice de su propio mundo que sólo en una parte muy pequeña todavía es “natural”. Nosotros hoy en día estamos rodeados por un mundo altamente “cultificado” y “artificial”. El “retorno a la naturaleza” como un ideal predicado por algunos filósofos (Juan Jacobo Rousseau) no es posible ni deseable, porque el mismo ser humano no es “natural” como lo es la planta o el animal.
La cultura puede tener, sin embargo, rasgos ANTIHUMANOS cuando ya no está al servicio del hombre, sino más bien el hombre al servicio de una cierta cultura. La cultura siempre es un MEDIO para la realización del hombre como individuo y especie; cuando se vuelve fin en sí o instrumento de manipulación en las manos de un grupo, se convierte en una fuerza anti-humana. Cada expresión cultural es válida, siempre y cuando no contradiga los valores universales humanos y no obligue a otros a asumir una cierta manifestación cultural. Esto es el caso del “imperialismo cultural”, del “racismo” y la discriminación cultural. Además la cultura tiene que buscar un equilibrio con la naturaleza, porque el hombre también es ENTE NATURAL que tiene sus repercusiones en el balance ecológico. La destrucción de la naturaleza se vuelve anti-humana porque ataca los fundamentos de nuestro propio ser. El hombre puede modificar a la naturaleza, pero no la puede sustituir.
 Sin embargo, para dar una respuesta más profunda y radical a nuestra pregunta; es necesario hablar sobre interculturalidad, el hombre y su relación cultural.
 La interculturalidad  hace referencia a la interacción entre culturas, de una manera respetuosa donde se concibe que ningún grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento la integración y convivencia entre culturas. En las relaciones interculturales se establece una relación basada en el respeto, a la diversidad y el enriquecimiento mutuo. Sin embargo, no es un proceso exento de conflictos, pero estos se resuelven mediante el respeto, el diálogo, la escucha mutua, la concertación y la sinergia.
Desde el  momento cuando el hombre empezó sus grandes descubrimientos y hazañas por la supuesta mejoría del mundo; se produjeron nuevos cambios en nuestra sociedad, dichos cambios  es el producto del acelerado  desarrollo que se está dejando ver en los diversos ámbitos de la existencia humana.
A partir de este momento comienza el fenómeno conocido como impacto del desarrollo industrial y tecnológico en el hombre. Debido a  los grandes cambios sufridos desde entonces, se ha buscado darle más énfasis al papel del hombre de forma positiva y negativa en sus relaciones con las diversas culturas del mundo, y con la suya propia.
La revolución tecnológica contemporánea además de impactar los medios de producción con sus trascendentales consecuencias, trasciende los medios y las relaciones de producción para penetrar y revolucionar  todas las áreas de la actividad humana; incluidas las relaciones personales.
Tal es la impronta que marca la nueva era, que hasta la forma de pensar tendrá que juzgarse con un antes y un después de la introducción de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Esto, por supuesto, implica serios desafíos a la cultura. Vista como la creación humana, de la cual la nueva tecnología también forma parte. Vista desde un prisma nacional y regional, toda vez que la globalización que acompaña la revolución tecnológica ya está imponiendo estereotipos que lesionan el patrimonio cultural. Vista en el terreno lingüístico, toda vez que se imponen idiomas en la red que aplastan dada la densidad de su utilización.
No hay culturas mejores y ni peores. Evidentemente cada cultura puede tener formas de pensar, sentir y actuar en las que determinados grupos se encuentren en una situación de discriminación. Pero si aceptamos que no hay una jerarquía entre las culturas estaremos postulando el principio ético que considera que todas las culturas son igualmente dignas y merecedoras de respeto. Esto significa, también, que la única forma de comprender correctamente a las culturas es interpretar sus manifestaciones de acuerdo con sus propios criterios culturales. Aunque esto no debe suponer eliminar nuestro juicio crítico, pero sí supone inicialmente dejarlo en suspenso hasta que no hayamos entendido la complejidad simbólica de muchas de las prácticas culturales. Se trata de intentar moderar un inevitable etnocentrismo que lleva a interpretar las prácticas culturales ajenas a partir de los criterios de la cultura de la persona intérprete.
El hombre poco a poco mediante los avances de las grandes industrias y las grandes tecnologías ha generado planteamientos y actitudes muy diferentes con las diversas culturas; hasta llegar al punto de ocasionar conflictos por el simple hecho que en estos momentos es más importante lo que se tiene que lo que se es.
Es por esto que vemos en nuestra realidad social que los países desarrollados explotan a los países subdesarrollados, y de esta forma se dañan las relaciones entre los países explotadores y explotados, provocando así unas malas relaciones entre las diversas culturas; y estas a su vez ya no están basadas en el respeto y la tolerancia.
Podemos concluir diciendo que La cultura es la SEGUNDA NATURALEZA DEL HOMBRE porque tiene que ver con su propia esencia (racionalidad, libertad, horizonte). Un hombre sin cultura (in-culto) no podría existir y sobrevivir; hasta en las “civilizaciones” más primitivas existen siempre rasgos culturales. El uso del fuego tal vez ha sido el primer producto “cultural”; pero también el uso del lenguaje ya es una expresión cultural. Poco a poco el hombre “cultiva” la naturaleza, es decir diseña y ordena lo que le es dado para su propio provecho. La agri-CULTURA es el primer y principal obrar cultural del hombre; el agri-cultor modifica la naturaleza de tal manera que le sirve para su alimentación, vestimenta y protección.
Es por esto que el hombre ha creado inmensidades de artefactos tecnológicos y promovido la aparición de grandes industrias, tratando de encontrar la protección y la cultura de su ser. Pero de lo que se olvida es el gran abismo que ocasiona en la tierra, no todo se puede decir que es bueno; el impacto del desarrollo tecnológico  e industrial no solo lo alcanzo a él sino también al medio mismo; que es la base de nuestra vida. Si el medio se ve afectado, el hombre romperá sus relaciones sociales, económicas y culturales con el resto de la humanidad, porque no sería capaz de afrontar su vida propia y mucho menos de ser el causante de su propia desgracia.

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